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Es la pregunta, que en el trasfondo los participantes del sector inmobiliario quieren conocer respecto de la situación real del sector: en dónde estamos, en qué etapa nos encontramos, y cuándo vamos a salir de esta ‘turbulencia’ (cambios rápidos e impredecibles que se producen en el entorno externo e interno de las organizaciones que afectan su desempeño).

Igual que cuando se visita al médico, este solicita exámenes sobre diferentes tópicos que le van a permitir diagnosticar el estado de su paciente y determinar el tratamiento para su mejoría, de la misma forma la actividad inmobiliaria tiene indicadores de comportamiento que son propios del sector, y que deben considerarse en forma integral, para establecer la manera en que afectan la salud y comportamiento de la actividad inmobiliaria.

En los últimos tiempos, el sector ha tenido que soportar todo tipo de diagnósticos respecto a su situación, sus afectaciones y comportamiento, los cuales en muchos casos se han quedado cortos, incompletos o inconclusos, y que antes que hacer un bien al sector lo distraen de su verdadera realidad.

Esto provoca el deterioro de la confianza en muchos promotores y constructores, no contribuye a entender el comportamiento del mercado y su verdadera realidad, y lo aparta de las verdaderas soluciones para atacar los problemas reales que en muchos casos son estructurales, y que el sector inmobiliario no ha podido solventar en el tiempo.

En realidad, lo que ha pasado con el sector inmobiliario igual que ha ocurrido con otros sectores de actividad económica, no es ajeno. Está ligado a la situación económica que viene afectando al país desde el año 2011. A partir de ese año, la economía comienza su desaceleración, y esto se refleja en los incrementos cada vez menores del PIB nacional (Ver gráfica PIB nacional y PIB construcción).

Igualmente, el PIB de la construcción presenta el mismo comportamiento de desaceleración desde el año 2011. Sin embargo, es necesario recordar que en Ecuador el PIB de la Construcción registra la obra pública e infraestructura, y no solamente la actividad del sector inmobiliario, por lo cual no se puede concluir que estos resultados reflejen realmente el comportamiento del sector inmobiliario; cosa que algunos olvidan e incurren en error. El sector inmobiliario tiene factores y parámetros diferentes que realmente afectan su comportamiento.

En el presente análisis consideraremos aquellos factores que están directamente relacionados con la ‘salud del sector’ y sus propios comportamientos, que reflejan cuál es la situación del mismo y nos muestran la situación real del enfermo, su estado, afectación y posible recuperación. En el análisis se hacen consideraciones que reflejan la realidad nacional, para luego concentrarnos en el mercado de Quito.

La actividad constructora y el comportamiento de sus determinantes se refleja en el comportamiento de los permisos de construcción, resultado de la interacción de la oferta y la demanda, los cuales en nuestro caso reflejan la misma tendencia en su comportamiento que la mostrada por la desaceleración de la economía del país (PIB Nacional).

Esto obviamente afecta el desempeño del sector (ver gráfica permisos de construcción nacional) hasta los años 2015 y 2016 en que comienzan a recuperarse. El sector inmobiliario es de las primeras actividades económicas que se resienten cuando la economía del país se afecta, e igualmente es de los primeros que también empieza a presentar signos de recuperación cuando esta mejora.